El conocimiento superficial



El MÉTODO ICEBERG nos ayuda a comprender el comportamiento y emociones de nuestros pequeños. Nos enseña principalmente que, no se trata que un niño sea mal portando, chatajista o berrinchudo; realmente ningún niño hace estás cosas por molestar o por ser malo; más bien se trata de una emoción que no está sabiendo manejar o comprender, y es ahí donde entramos nosotros como padres amorosos.
Imagina que, la punta del ICEBERG es el comportamiento ‘inadecuado‘ ((es decir, el berrinche, las pataletas, golpes, gritos, llanto descontrolado, no cooperar, no comer, en fin, cualquier comportamiento no habitual en nuestro pequeño)), pero debajo de esta ‘punta’ (la única parte visible) están los factores y hechos que desencadenaron cierto comportamiento, pero si sabemos comprender todo lo que precede a este, podremos fácilmente prevenir o reencausar positivamente, sin llegar a la crisis. Nuestra labor como padres es tratar de interpretar o leer que hay ‘debajo’ de estas actitudes, pues es claro que si un pequeñito reacciona de forma no adecuada, es porque existen factores que le afectan sacandolo de su balance, los cuales han desescadenado “x” comportamiento.
Antes de molestarnos con nuestros pequeñitos o explotar ante un llanto, mala contestación, berrinche o mal comportamiento… debemos preguntarnos: ¿por qué lo hace?, ¿que lo hace sentirse o reacciona así? ¿está cansado, enojado, celoso, sobre exigido, sobre estimulado, poco estimulado, inseguro?, ¿Tendrá frío, calor, dolor, hambre, sueño, sed?. Antes de suponer, preguntemos; y si no tiene lenguaje, tratemos de comprender que pudo sucederle antes de desencadenarse el comportamiento o conducta inadecuada. Esto nos va a permitir ayudarlo a manejar sus emociones sin que nuestro pequeñito llegue al punto de la crisis como por ejemplo: un berrinche, un golpe, etc.
El modelo ICEBERG me ha ayudado a tener una mejor perspectiva y manejar positivamente el comportamiento y conductas de Mati. A no pensar el clásico: ahss otra vez no quiere comer, no quiere hacer caso, no obedece, y querer regañarlo por que no hace estas cosas. Por el contrario me ha ayudado a comprender a mi pequeñito para así poder modificar en positivo ciertas conductas que para nosotros como padres no son aceptables (como pegar a otros niños, aventar objetos, hacer berrinches, por ponerles un ejemplo) y a saber como manejar otras que se presentan en el día a día.

Comentarios